domingo, 29 de diciembre de 2013

Sigo siendo una cobarde

Todos tenían razón, nada podría nunca igualarse a su ausencia, tuvo que marcharse para que tuviera que notar la falta que me hacía su presencia a mi alrededor, y eso es lo más curioso, irónico y estúpido de todo esto. Si supiera la de cosas que han cambiado desde que se fue, si se enterara de que no he podido volver a beber café, si café, y solo él sabe lo mucho que lo necesito, pero el simple aroma a café recién hecho me transporta lejos de aquí, me lleva a momentos en los que se encontraba junto a  mi y eramos felices, al menos yo lo era, no puedo hablar por los dos, pero yo lo era, aunque no me hubiese dado cuenta hasta ahora, y la caída de bruces contra esta realidad hace que se me revuelvan las tripas y que un simple sorbo me siente peor que el cianuro...

Ahora que no está, me he dado cuenta de lo que tengo alrededor, de los ruidos,  de la gente y de las cosas cotidianas que suceden día a día, no puede decirse que este sola, y sin embargo nunca me había sentido tan vacía...

Y mira que me lo avisó, me lo dijo, "Si sigues así, me marcharé", y lo hizo, se marchó, y con su marcha comprendí cuanto me estaba perdiendo, aprendí del dolor, de la miseria, y entendí que por mucho tiempo que pase nada podrá llenar este vacío.

Pero también me di cuenta de algo más, eche la vista atrás y recordé su mirada triste, su falta de alegría, su falta de entusiasmo, la falta de todo aquello que me había enamorado, y entonces lo supe, fui yo, fui yo la culpable de todo aquello...de su tristeza, de su falta de ser el mismo, nunca creí que sería yo quien le hiciera tanto daño, pero lo hice, y hasta ese momento no sabía que la culpa pudiese sentirse como un dolor físico, pero ahí estaba, en el pecho, ahogándome.

Me dicen que se está recuperando, que vuelve a sonreír y que parece un poco más feliz, y eso es lo más importante que consigo sacar de todo esto, él, vuelve a ser él, y yo no soy quien para arrebatarle eso, si alguna vez tuve algún derecho para alterar su vida, lo perdí hace tiempo, ambos lo sabemos, por eso me quedo aquí, echándole de menos, y maldiciéndome por haber dejado escapar lo mejor que me ha pasado en la vida, aun sabiendo que conociéndole como le conozco, se que una parte de él aún espera que vaya a buscarle, que luche por él, que luche por los dos, que sea valiente...

Pero yo siempre he sido una cobarde, y eso también lo sabemos los dos.