miércoles, 26 de noviembre de 2014

MORALEJAS

-Y el ratón Doli-Doli aprendió que es mucho mejor decir siempre la verdad a la gente que le quería, porque mentir a la gente que queremos, es tan malo como odiar a nuestros enemigos.FIN.

-¿Te ha gustado cariño?
-Si mami, yo también voy a ser como el ratón Doli-Doli. ¡Nunca te mentiré!
-Je je je, eso está muy bien mi amor-dice mientras le arropa y le da un beso de buenas noches.
-Mamá ¿Me prometes que nunca me vas a mentir?
-Te lo prometo, ¿Y siempre cumplimos nuestras promesas verdad? 
-Siempre. Buenas noches mamá.
-Buenas noches Lucas.

La madre se encamina hacia la puerta, seria, pensativa, y cuando está cerrando la puerta oye a Lucas llamarla de nuevo, se obliga a sonreír antes de volverse.

-Mamá...
-Dime Lucas.
-¿Por qué yo no tengo un papá?

Kate se sienta suspirando y recuerda que no es culpa de su hijo que ella no pueda contestar a esa pregunta. Al menos por ahora.

-Pues verás Lucas,tu papá no está porque...porque está en el cielo. Antes de que tu nacieras el se puso muy malito y murió y entonces se fue al cielo. 
-¿Y por qué se fue al cielo? 
-Porque allí va la gente cuando muere, para seguir cuidándonos aunque ya no estén con nosotros. 
-Pero yo quiero verlo...¿Por qué tuvo que morir antes de que yo naciera?
-Eso...nadie lo sabe Lucas. Solo sucedió, un día todos tenemos que marcharnos allí, pero no hay manera de saber cuando.
-Nunca me has dicho su nombre...
-¿Que?
-Que nunca me has dicho como se llamaba papá. ¿Como se llamaba?
-...Pedro,se llamaba Pedro.
-¿Y me quería? ¿Tenía ganas de que saliera de tu tripita?
-(esbozando una sonrisa)-Si, claro que si, tenía muchas ganas de verte, y te quería mucho, siempre hablaba de ti. 

Lucas empieza a bostezar y Kate aprovecha el momento para terminar la conversación.

-(arropándole y dándole un beso de buenas noches) Vamos Lucas, a dormir que ya es tarde y mañana tienes colegio.

- Vale mamá, buenas noches.

Kate se va y cierra la puerta con cuidado, en el salón aún tiene los restos de la cena sin recoger y media copa de vino, se la bebe de un trago mientras se desploma en el sofá llorando. Acaba de mentirle a su hijo y no puede dejar de preguntarse que clase de madre haría algo así.

Pero ¿Que madre es capaz de mirar a su hijo y decirle que su padre es la persona que más odia en este mundo? ¿Como le  cuentas que su padre nunca le quiso? Que nunca supo de su existencia y que además tampoco la quiso a ella...

¿Como le explicas que solo era un monstruo  que la desposeyó de su humanidad una noche y que no ha vuelto a ser la misma desde entonces? 

Y lo más importante ¿Como le explicas que sabes que él nunca va a ser como su padre? Porque es lo único bueno que salió de aquel hombre, ¿Como le dices que tu le quieres más que a nada en este mundo y que no hay nada que pueda cambiar eso? Ni siquiera su padre.

No puedes, no hay manera de explicarle eso a un niño sin que salga herido. Por eso no se lo cuentas, callas, te inventas una historia, sonríes y te olvidas de aplicar las moralejas que le enseñas cada noche al leerle un cuento. 



domingo, 16 de noviembre de 2014

LUZ Y OSCURIDAD

Soy fuerte, lo sé. Y lo sé porque soy la única que conoce toda mi vida. Todos tenemos secretos, historias y reacciones a estas que no contamos, supongo que creyendo que si no las dices en voz alta no se hacen realidad, pero cuando vuelves a estar a solas, siguen ahí. Creo que son las únicas cosas que nunca te abandonan, hasta que las superas o aprendes a vivir con ellas, y yo lo hice. Hoy podría no estar aquí, pero lo estoy y por eso sé que soy fuerte y aunque nadie más lo sepa, yo no tengo ninguna duda, lo soy.

Y sin embargo, si soy así, ¿Como puedo flaquear tanto ante cada revés? Y ahora es cuando tu, que estas leyendo esto me dices que es normal, que hasta los más fuertes se sienten desfallecer alguna vez porque nadie es capaz de ser Clark Kent, pero créeme, solo lo dices porque no me conoces y si lo haces, no sabes como soy en realidad.

Creo que cuando se trata de mi, soy capaz de ver oscuridad en todo, vaya donde vaya. Y durante un tiempo, esta oscuridad difumina todo lo demás. Incluso las luces. Están ahí, todos las ven, incluso me cuentan que a veces parecen un campo de estrellas en el frío manto de la noche, pero yo no puedo verlas. Cuando esto pasa no soy más que un minúsculo punto ciego que mira a todas partes tratando de agudizar los ojos, pero todo lo que ve es oscuridad y amargura.

Es esa oscuridad de la que intento hablarte, la que me hace flaquear y olvidar quien soy, la que borra por un tiempo toda mi vida y hace que olvide todos los mecanismos de auxilio que he usado antes. Pero no quiero confundirte, hablando así puede que pienses que la oscuridad tiene la culpa y no la tiene, solo yo soy culpable de todo esto. ¿Por qué?

Porque soy yo la que no ha aprendido a ver la luz en la oscuridad, soy yo la que abro el corazón a lo negativo y le pongo un muro infranqueable a lo bueno, con las personas, suele pasarme igual aunque eso es algo para otro día.

Solo mi gente, que no necesariamente son los que están más cerca físicamente, se estarán imaginando de lo que hablo cuando lean esto, para los demás, el resumen puede ser algo como: Hubo algo en el camino hace unos días, que ni siquiera era negro, tampoco era blanco, puede que un marrón anaranjado, pero yo ¿Que hice? Oscurecerlo, me empeñé y me empeñé en ello, y se convirtió en lo más negro que había visto en mucho tiempo y me hundió, o casi lo hace, porque tengo la suerte de que aún hay gente lo suficientemente kamikaze para aguantarme y no dejarme caer. Y gracias a esta gente, sobre todo a una, que sé que también se va a reconocer en estas lineas, aunque quizá no este de acuerdo, hoy vuelvo a estar aquí.

Pero no quiero que esta vuelta, sea como la de esos niños que salen de la habitación de castigo (la de los juguetes) tras cumplir su pequeña condena y vuelven a comportarse igual. Quiero que esta vuelta, sea la vuelta a quien soy y a quien nunca debí dejar de ser, ni permitir que mi propia mente lo olvidara, por eso os digo, sobre todo a los pequeños kamikazes que antes nombraba, que me comprometo a rebuscar por dentro y a recoger los mecanismos olvidados para que estos me ayuden a agudizar mis ojos para que la luz empiece a ganarle a batalla a la oscuridad.

Y a mi me prometo, volver a ser yo. Y volver a recuperar todo lo que dejé atrás que me hacia ser quien era, para cambiar por cosas o personas a las que no les gustaba como era. Aunque esto también es para otro día.

domingo, 9 de noviembre de 2014

ERES COMO EL

Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve,diez y huyó con las manos ensangrentadas...

Era una venganza, pero no estaba preparado para ver los litros de sangre que derrama el cuerpo humano cuando se le apuñala en el pecho, ni para ver los ojos de su victima cargándose de miedo al verle con el cuchillo, ¿Quien diría que sentiría pena por aquel sujeto? Hace meses se habría reído si alguien le hubiese hecho tal afirmación, pero al final, lo hizo, le dio pena, pero ya era tarde, antes de que pudiese reaccionar a sus ojos el primer movimiento de su brazo ya se había clavado entre sus tripas.

Sus ojos le perseguían mientras huía, si, estaba huyendo, había olvidado el plan que había trazado, desmenuzar, enterrar, limpiar y después huir, pero el pánico que sintió le hizo saltarse los tres primeros pasos de un plumazo y entrar directamente en la huida, lo único es que para conseguir una huida perfecta se necesita seguir una ruta perfecta y también la había olvidado.

Ahora solo corría, cerrando los ojos y apretándolos muy fuerte, en un inútil intento de borrar los ojos de su victima, pero no le abandonaban, le perseguían a cada zancada, a veces corrían más que el y se ponían frente a el, mirándole, acusadores, "Eres igual que yo"- le decían.

Y el lloraba, lloraba y lloraba mientras huía, y entre murmullos, se le podía oír decir, "No soy como el, no soy como el..."

Pero si era como el, hasta el lo sabía.

viernes, 7 de noviembre de 2014

COBARDE

No es mala suerte, es que eres tonta, siempre pensaste que con el tiempo cambiarías, que aquella tendencia que tenías a no hacer una a derechas, a equivocarte todo el tiempo, pasaría, que dejarías de inspirar lastima, que los comentarios cuando la gente te conociese, solo vislumbrarían lo grande que eres, ya nunca te mirarían con pena,  recuerdo cuando solías pensar: Algún día dejare de ser alguien prescindible, algún día dejare de ser un error...

Pero los años pasaron, y no fue así, el problema nunca estuvo en los años, ni en la época, el problema siempre estuvo en ti, el problema es que eres así, no sabes ser otra cosa que ti misma, aunque eso implique ser neurótica, cambiante, ilusionarse a cada segundo con alguien, quedarte jodida con la mínima decepción, ser tan empática que duele, llorar con cada nuevo error, con cada decepción, con cada puñalada, pronunciar un discurso perfecto de todo lo que ya no vas a hacer ni permitir, y olvidarlo, volver a confiar en quien te apuñaló, volver a ayudar a quien te olvidó cuando más necesitaste ayuda, y en definitiva, seguir siendo tu a pesar de saber mejor que nadie que estas llena de defectos, los que la gente conoce y los que no te atreves a mostrar, a pesar de saber que ser así solo te creara problemas, porque esto es lo único que sabes hacer, arrasar  con todo a tu paso, incordiar a todos y crearte problemas, pero ni por esas cambias, ese es tu mayor error, el único que hace que no avances y que reboses miseria por cada poro de tu piel.

No, perdón, tienes otro aún más importante, eres una cobarde, ni a escribir en primera persona te has atrevido, así te va.

jueves, 6 de noviembre de 2014

En la soledad de la noche...

Caminaba sola, arrastrando los pies, con la ropa rasgada y sucia,con unos manchurrones oscuros de rímel ensuciando sus mejillas y lavándolas al mismo tiempo con nuevas lágrimas.

Iba por el borde del arcén, no parece saber a donde ir, camina con paso irregular y en ocasiones invadiendo la carretera, tambaleándose a cada paso y a punto de caer en cada traspiés, los coches reventaban el claxon mientras la esquivaban dando volantazos, pero no creo que los oyera, no parecía darse cuenta de nada, ni del frío, ni del ruido, ni del salazón de sus lágrimas, ni de la vida, ni de la muerte...Cuando cayó a la carretera, desplomándose y tardó unos minutos en incorporarse, creí que la arrollarían, parecía que había pasado una eternidad cuando se levantó.

A lo lejos, a unos kilómetros, sus verdugos dormitan sobre un sucio colchón, sobre él aún hay rastros de su crimen, sangre, sudor, lágrimas, nada más, no hay manera de que sus plumas hayan guardado sus gritos, su desesperación, su pena, no hay registro de estos restos, nadie será capaz de verlos a simple vista, hay que saber observar, saber buscarlos.

Sus ronquidos rompen el silencio, ni siquiera se oye aullar al viento, parece haber sido espantado con tanto odio, ellos...parecen tranquilos,sus semblantes están tranquilos y sus pechos parecen elevarse y disminuir al mismo compás,a un compás lento y tranquilo, me pregunto con que sueñan, ¿La recordarán? ¿Les comerá por dentro su crimen? O tal vez, su tranquilo dormir presagia la peor de mis opciones...la que no me atrevo a formular.

Ella sigue llorando mientras se tambalea al caminar, ahora ya se porque no parece saber a donde va, no tiene prisa por llegar, no sabe a donde ir, solo quiere seguir caminando, seguir alejandose...









domingo, 2 de noviembre de 2014

PESADILLAS...

Me sentía un gusano de seda, amarrada a mi cama mientras se teje el capullo, sentía como si desde los pies a la cabeza una membrana resistente me estuviese envolviendo, atrapándome e impidiéndome respirar. Solo que tenía la certeza de que el capullo no se vaciaría que no me convertiría en mariposa y que iba quedarme para siempre atrapada entre sus hilos de seda interconectados como una tela de araña.

Y quería hacerlo, quería ser mariposa, quería despertar porque estaba aterrorizada de las reproducciones de mi sueño, quería que alguien me acariciara como yo acariciaba a los gusanos de seda cuando era pequeña, que jugara conmigo y que su temblorosa mano llena de excitación e irradiando inocencia por los cuatro costados calmara mi animo, quería oír una vocecilla que me calmara y dijera que solo era un sueño, que todo iba a estar bien al despertar...Pero no había nada de eso, solo un hilo enmarañado que con cada puntada conseguía debilitarme un poco más y enviarme al fondo del abismo, de un abismo que no parecía tener fin.

Y me desperté, pero nada estaba bien, no, no me desperté convertida en una mariposa llena de vida, si no en la sombra de un espectro, un espectro que solo quería abrazarse a sus rodillas todo el día, hacerse una bola, esconder la cabeza y poco a poco desaparecer.

Y es en ese momento cuando me doy cuenta de que las pesadillas no se terminan cuando abres los ojos, todo lo contrario, sus proyecciones pueden acompañarte durante todo el día, proyectándose como una película una y otra vez en tu cabeza, y es curioso como se puede sobrevivir a un constante estado de pánico, a esa sensación que esta permanentemente ahogándote en el pecho...

Me sentía un gusano de seda, atrapada en el capullo, durante la pesadilla y tras ella.