domingo, 28 de diciembre de 2014

NO SOY UNA BUENA PERSONA (PARTE 2)

-Oli ¿Y tu a que edad perdiste la virginidad?

-A los 16, con mi novio de aquella época.

-Ohh ¿Y como fue?

-Un desastre,como todas las primeras veces supongo, fue bonita, pero fue un desastre. Ninguno de los dos parecíamos saber muy bien que teníamos que hacer o decir, así que terminamos improvisando con todos los resultados desastrosos que ello conlleva. 

-(sonriendo) Bueno, casi todas las primeras veces son así al principio.

-Si. Seguro.

Sus amigas continuaron hablando y riendo, de otras supuestas primeras veces de ellas y de otras personas, pero Oli no escuchaba, su mente estaba ya muy lejos...

Deberían darme un premio, que bien me ha quedado siempre esa historia, casi puedo creérmelo y verme titubeando ante el momento con otro adolescente. Casi. Pero no puedo. Por muchas veces que repita esa mentira, por mucho que parezca convertirse en verdad. A mi no puedo engañarme. Solo yo se lo que pasó, ya solo quedo yo para recordar aquella historia.

La virginidad. Perdí la virginidad antes de saber lo que era perderla, demonios,antes incluso de saber que narices era la virginidad. Aquello solo era sangre. Algo que demostraba lo que mi mente ya intuía, que aquello que había sucedido no solo dolía, también era sucio. Pero no sabía que tenía un significado, no sabía que todas las mujeres del mundo hablaban de ello alguna vez.

¿Y como iba a saberlo? Solo era una niña. Una niña que fue entrenada para mentir sobre los golpes y los moratones. Pero una niña al fin y al cabo. Quizá después de tanto tiempo viviendo entre golpes debía haberme dado cuenta de que algo iba mal, pero no lo hice. El cambio fue tan despacio, tan sutil que no noté nada. No percibí que me miraba distinto, ni sospeché cuando su mano se quedó más tiempo en mi muslo del debido tras disculparse por pegarme de nuevo. Yo solo pensaba en el dolor que sentía tras las palizas. Mientras me recordaba que debía ahogar los sollozos y que tenía que intentar no enfurecerle de nuevo. 

Por eso no entendí nada cuando abrió la puerta de mi habitación aquella noche, ¿Por qué me miraba cargado de odio? Había sido buena. Y él nunca me pegaba si yo era buena ¿No? Pero no venía a pegarme, no sabía a que venía pero desde luego no era a pegarme. Estaba cerrando la puerta y él nunca cerraba las puertas ni las ventanas cuando lo hacía, total, nadie venía nunca a salvarme.

Aún hoy  me pregunto por qué lo hizo, quizá quería evitar que escapara. Pero... ¿Como podría? Aquella casa ya era una prisión, y él mi carcelero. Recuerdo como crujió el colchón cuando se subió a la cama. Aún hoy al acostarme cuando cruje el colchón bajo mi peso miro hacia los lados para asegurarme de que no está. 

Aquella noche todo cambió. Yo no sabía que era aquello,pero si sabía que dolía y que otra forma de tortura había nacido. Años después lo supe y el que las cosas empezaran a tener sentido no cambió la realidad. 

Mi realidad. Mi infierno. Un infierno que me acompañó incluso cuando me fui de aquella casa, nunca me ha abandonado. Se vino conmigo a su entierro. A ese entierro en el que no pude llorar por mi carcelero. Por primera vez no pude fingir delante de los demás...

-Oli, Oli... ¿Estás bien? Te estamos llamando desde hace rato...

¿Eh? Si, perdona. Estaba distraída.

No, no estoy bien, os he mentido. Me enseñaron a mentir y con el tiempo he perfeccionado la técnica. Sigo siendo una mentirosa y supongo que eso sigue dando muestras de que no soy una buena persona.




miércoles, 17 de diciembre de 2014

NO SOY UNA BUENA PERSONA

No soy buena persona. Al menos eso pude ver en sus ojos esta tarde cuando me miraban acusadores. Taladrándome. Supongo que esperaban que llorase y que me fallasen las piernas cuando el enterrador cubriera para siempre el hueco que albergaba su ataúd. Pero no podía llorar. Por eso me acuchillaban con la mirada. Casi podía leer en sus ojos ¿Qué demonios pasa contigo? 

Demonios. Eso tengo yo en mi interior. Demonios perdidos entre sombras, ocultos bajo una capa de cemento en forma de hostilidad. Hostilidad. Eso creen que me pasa. Casi les oigo susurrar "Siempre fue una desagradecida" ,"Siempre tan seria, tan hosca..." ,"No venía por aquí, no le quería". 

¿Y ellos que saben? No creo que sepan  que se siente cuando muere alguien que odias. No saben lo que es ir a su funeral solo para asegurarte de que es cierto.  Quedarte petrificada mirando la vitrina y no sentir pena. Que no te caiga ni una lagrima cuando a ojos de los demás deberías ser la que más estuviese llorando. Al fin y al cabo, todo el mundo llora por la muerte de su padre. ¿No?

Si, es mi padre, pero no puedo llorar. A lo mejor mi terapeuta tiene razón y no le he perdonado, o a lo mejor es que me dejó sin lágrimas. Igual acabé con las existencias de mi lagrimal cuando me freía a patadas, será eso. Nunca fue fácil aparentar que no dolía cuando lo hacía, a veces lloraba antes de que empezara, oía el tintineo de sus llaves y mi mentón empezaba a temblar mientras era surcado por dos lágrimas de aviso.

Ellos, los amigos y familiares lejanos si están llorando. Claro, ellos eran ante los que fingía ser una niña feliz cuando estaban delante. Nunca se enteraron de las amenazas para que no hablara, ni de los golpes que la acompañaban vaticinando lo que vendría después si se me ocurría hablar. Así que fingía,los dos lo hacíamos. Cuando teníamos público, eramos la familia perfecta. Aún recuerdo como nos felicitaban por lo bien que nos habíamos acostumbrado al cambio. Con el cambio se referían a mamá. Nos dejó demasiado pronto. Un día salió a la calle y un coche la atropelló. Inconscientemente siempre sentí que me había abandonado. Supongo que algo me decía que ella al fin era feliz y yo no. A lo mejor fue ahí cuando deje de ser una buena persona.

Creí que siempre sería así, el infierno y el cielo, casi me había acostumbrado a la mentira. Pero estaba equivocada, las cosas fueron a peor. Crecí. A mi maldito organismo no se le ocurrió parar mi crecimiento, decidió que sería como todas las chicas y que crecería. Y crecí. Y empezó a visitar mi cama por las noches. Y ahí descubrí que el infierno siempre puede ser peor.

Un día me marché. Y a los ojos del mundo me convertí en la hija desagradecida que abandonaba a su padre. Ahora había muerto solo y todos me miraban pensando que yo debía haber estado ahí. Y para colmo no he llorado. Por eso sus ojos me gritan "No eres una buena persona". Y casi me rebelo. Casi.

Pero a estas altura la verdad no va a hacerme libre,ni mejor, ni más feliz. Así que lo dejamos así. "No soy una buena persona".




lunes, 15 de diciembre de 2014

Yonki del amor

-No crees que seas digna de amor, cuando piensas en tu vida nunca te ves en una casa con jardín y cerca blanca, ni con un hombre maravilloso a tu lado haciendo barbacoas mientras observáis de lejos a vuestros tres o cuatro niños jugando con el perro. Y aunque no te atrevas a decirlo en voz alta en el fondo te gustaría una historia parecida aunque no te guste mucho la estampa de familia idílica americana. Siempre dices que no te van nada para la vida real las historias de cuento ni los convencionalismos y usas eso para tapar la verdad. Usas eso como excusa oficial y la recitas en voz alta hasta que te la crees lo suficiente como para convencer a todo el mundo.

Pero es mentira, no te imaginas esa vida porque no te ves capaz de conseguirla. Estas completamente convencida de que no atraes a nadie, de que cuando pasas eres absolutamente indiferente. Y para colmo crees conocerte. Sí. Crees. Y digo crees porque cuando piensas en ti crees que solo eres tus defectos. Por eso piensas que eres incapaz de hacer feliz a otra persona y que solo provocarías dolor y sufrimiento porque eso es lo que eres tu, frío y oscuridad.

Por eso cuando crees que alguien te quiere te vuelcas casi pensando ¿Como desaprovechar un milagro así?. Y justo por eso has sufrido tanto, por aferrarte a clavos ardiendo que escondían dardos y espinas detrás, lanzas envenenadas que todos veían y que tu te empeñaste en ocultar. 

¿Te acuerdas cuando a todos les daba miedo aquel tipo? Tu no veías nada malo, te dejaste envolver y acabaste casi enganchada a quien hoy día piensas que es casi un psicópata. Puede que ahora hayas madurado y ya no te dejes cegar por los sueños que aquella vez te eclipsaron. Sí. Sueños. Pensabas que te miraban por primera vez, que realmente te veían y eso te impidió ver lo que hoy te aterra aunque tampoco te atrevas a decirlo en voz alta.

Ojala ese hubiese sido tu único error, pero no lo fue. Ves un precipicio y te tienes que tirar al vacío sin arnés ¿eh? Y vaya si lo hiciste,en tu historial hay de todo: Desde un rey al que resultó darle igual que reino conquistar y que una vez más te diste cuenta tarde, hasta impostores que podrían competir con el mismísimo Hermes.

En el fondo no eres más que una yonki del cariño y del amor, una droga que no crees merecer y que deseas tanto que cuando la vislumbras, te tiras hacia el fondo sin arnés y  sin botiquín ni equipo de rescate. Por eso te cuesta tanto recomponerte cuando te quedas masacrada, ya que a pesar de tus fracasos y aunque seas cuidadosa durante un tiempo, en el fondo nunca prevés que esto pueda volver a pasar y cuando pasa no estás preparada para la derrota.

Y antes de que los demás puedan darse cuenta renaces como el ave fénix, tu sola, sin ayuda, ya que como no podía ser de otra forma no la pides porque una vez más piensas que no eres tan importante como para irrumpir en la vida de otra persona solicitando auxilio.  Y acabas como una de aquellas vasijas antiguas que a pesar de sus grapas uniendo sus pedazos uno las mira y las ve más destrozadas que antes.

-(con la voz entrecortada) ¿Has terminado?

-Sí, he terminado, así eres tu. ¿He acertado?

-(con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas) No has dado ni una. 




miércoles, 10 de diciembre de 2014

SU RISA

Cuando ríe,ese es mi momento favorito,cuando deja caer su cabeza hacia atrás y sus ojos comienzan a achinarse. En ese momento sus carcajadas resuenan por la habitación casi haciendo eco y por un momento parece que las cuerdas vocales se inventaron para eso.

Es entonces cuando me doy cuenta de que haría lo que fuera por asegurar esa sonrisa,por seguir oyéndola el resto de mi vida. Me doy cuenta de que cuanto más ría,más feliz será y más feliz hará a sus congéneres. Igual ese es el secreto para ser feliz el resto de su existencia, cuanto más ría ahora, más feliz será después. O quizá no hay que irse tan lejos, quizá cuanto más ría ahora más pueda contagiar su risa a los demás y más carcajadas resonarán en las habitaciones. Y quizá así los dramas de esa época acabarían para el y para todos.

Eso sería maravilloso cientos de niños riendo, si hablaba de niños. Ya que... ¿Acaso hay algo mejor que la risa de un niño? Me atrevería a asegurar que no, su risa debería ser algo sagrado, el bien más preciado por el que luchan sus padres y el resto del mundo. Debería ser una responsabilidad global, un objetivo, tratar de evitar sufrimientos a los niños.

Son niños al fin y al cabo, están en los mejores años de su vida, los más tiernos, los más inocentes, nadie debería arrebatarles esa inocencia, esa infancia. Los niños no deberían saber lo que es el miedo,  y no hablo del miedo a la oscuridad o a los monstruos, si no el miedo real. No deberían sentir miedo de estar a solas en la oscuridad, ni deberían conocer con total certeza que si, que existen los monstruos y desde luego no deberían ser nunca carne de cañón de estos.

Nada ni nadie debería ser la causa de su miedo y de su sufrimiento, pero desde luego sus ejes principales,su familia, no tendrían que ser los que lo provocaran, si no los que trataran de evitarlo a toda costa. Son los que tendrían que darles cobijo y ante cualquier miedo son los que tendrían que susurrarles mientras les abrazan que al final...Todo va a salir bien.

La infancia es algo mágico,y hay que ser muy cruel para arrebatarle eso a un niño. Si les dejamos impoluta esa magia en su niñez,probablemente tendrán esa magia consigo para siempre. Aunque su vida después pueda ser difícil, o tengan en su vida adulta momentos de desolación, siempre podrán volver a su niñez para refugiarse. ¿O acaso nadie ha sonreído al ver a un niño reír? ¿Acaso nadie ha vuelto a navegar entre sus lejanos recuerdos al ver a un niño?

Respetemos a los niños, dejemosles ser niños y evitemos que sean adultos antes de tiempo,asegurémonos su risa, al final y al acabo, sagrada es la risa de un niño. Y como diría Miguel Hernández en esa "Nanas de la cebolla" que no le dedica a una cebolla como muchos programas intelectuales se cansan de decir mientras chirrían mis oídos al escucharles, si no a su hijo...

" Desperté de ser niño. 
Nunca despiertes. 
Triste llevo la boca. 
Ríete siempre. 
Siempre en la cuna, 
defendiendo la risa 

pluma por pluma."

miércoles, 3 de diciembre de 2014

TE NECESITO

Te necesito. Y no debería, porque  si hay algo a lo que no tengo derecho es a necesitarte. Me convencí para ser fuerte y resistir,  pero es obvio que no lo conseguí. Aunque eso no es culpa mía, la verdad es que no me lo has puesto nada fácil, la única reacción lógica a ti es necesitarte, soñarte.

Te imagino moviendo los ojos y chasqueando la lengua mientras lees esto. Soltando algún resoplido de cuando en cuando mientras piensas algo parecido a...está pirada. Quien sabe, puede que lo esté. Es más me atrevería a decir que los dos sabemos que lo estoy, pero mira lo que a lo mejor no sabías es que soy una pirada enganchada a ti. Sorpresa. ¿Que bien eh?

No te haces idea de lo fácil que es dejar volar la imaginación y soñar contigo. Se me pasan las horas sin darme cuenta. Hasta que despierto en la realidad. Y me doy cuenta de que llevo horas soñando contigo sin merecerlo, soñando con una vida que nunca va a ser mía. Arrastrándote a mis estúpidos sueños, en los que no estarías si no fuera por la loca imaginación de mi cabecita que te obliga a estar ahí.


Es como si estuviera ocupando el hueco de otra persona en tu futura vida y ese pensamiento lo hace todo peor. Hay que ser masoca. Pero ya ves, así soy yo, una masoca que parece que no puede pasar por un precipicio sin tirarse al vacío. Aunque supongo que eso ya lo sabes.


Pero... ¿Sabes qué? Es bonito sentir, de la manera de que sea, por eso no me arrepiento ni culpo al atrevido de mi corazón por esto. Es cierto que últimamente necesitarte se esta volviendo algo casi doloroso, como cuando creo que me ahogo cuando noto que te pierdo, pero aún así es bonito. Además, si esta locura que me remueve por dentro va dirigida a ti, merece la pena. Aunque me ahogue, aunque duela, porque tenerte en mi vida de cualquier forma hace que merezca la pena todo lo demás. Incluso los ahogos causados por esta manía que tengo de necesitarte.

Y sobre todo, porque tengo una premisa: "Jamás me arrepentiré de sentir." Es como arrepentirse de estar vivo y eso no tendría mucho sentido. Así que me quedo aquí, sin esperanzas, no aspiro a tenerlas, no  creo que las merezca. Tan solo me quedo pensando en que ojala supieses, que aquí hay alguien que te necesita y a la que tendrás siempre, aunque tu imaginación no vuele como la mía y tu corazón no este tan loco como el mío, eso es lo de menos, siempre significa siempre, pase el tiempo que pase, ocurra lo que ocurra.