miércoles, 10 de diciembre de 2014

SU RISA

Cuando ríe,ese es mi momento favorito,cuando deja caer su cabeza hacia atrás y sus ojos comienzan a achinarse. En ese momento sus carcajadas resuenan por la habitación casi haciendo eco y por un momento parece que las cuerdas vocales se inventaron para eso.

Es entonces cuando me doy cuenta de que haría lo que fuera por asegurar esa sonrisa,por seguir oyéndola el resto de mi vida. Me doy cuenta de que cuanto más ría,más feliz será y más feliz hará a sus congéneres. Igual ese es el secreto para ser feliz el resto de su existencia, cuanto más ría ahora, más feliz será después. O quizá no hay que irse tan lejos, quizá cuanto más ría ahora más pueda contagiar su risa a los demás y más carcajadas resonarán en las habitaciones. Y quizá así los dramas de esa época acabarían para el y para todos.

Eso sería maravilloso cientos de niños riendo, si hablaba de niños. Ya que... ¿Acaso hay algo mejor que la risa de un niño? Me atrevería a asegurar que no, su risa debería ser algo sagrado, el bien más preciado por el que luchan sus padres y el resto del mundo. Debería ser una responsabilidad global, un objetivo, tratar de evitar sufrimientos a los niños.

Son niños al fin y al cabo, están en los mejores años de su vida, los más tiernos, los más inocentes, nadie debería arrebatarles esa inocencia, esa infancia. Los niños no deberían saber lo que es el miedo,  y no hablo del miedo a la oscuridad o a los monstruos, si no el miedo real. No deberían sentir miedo de estar a solas en la oscuridad, ni deberían conocer con total certeza que si, que existen los monstruos y desde luego no deberían ser nunca carne de cañón de estos.

Nada ni nadie debería ser la causa de su miedo y de su sufrimiento, pero desde luego sus ejes principales,su familia, no tendrían que ser los que lo provocaran, si no los que trataran de evitarlo a toda costa. Son los que tendrían que darles cobijo y ante cualquier miedo son los que tendrían que susurrarles mientras les abrazan que al final...Todo va a salir bien.

La infancia es algo mágico,y hay que ser muy cruel para arrebatarle eso a un niño. Si les dejamos impoluta esa magia en su niñez,probablemente tendrán esa magia consigo para siempre. Aunque su vida después pueda ser difícil, o tengan en su vida adulta momentos de desolación, siempre podrán volver a su niñez para refugiarse. ¿O acaso nadie ha sonreído al ver a un niño reír? ¿Acaso nadie ha vuelto a navegar entre sus lejanos recuerdos al ver a un niño?

Respetemos a los niños, dejemosles ser niños y evitemos que sean adultos antes de tiempo,asegurémonos su risa, al final y al acabo, sagrada es la risa de un niño. Y como diría Miguel Hernández en esa "Nanas de la cebolla" que no le dedica a una cebolla como muchos programas intelectuales se cansan de decir mientras chirrían mis oídos al escucharles, si no a su hijo...

" Desperté de ser niño. 
Nunca despiertes. 
Triste llevo la boca. 
Ríete siempre. 
Siempre en la cuna, 
defendiendo la risa 

pluma por pluma."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena entrada, y con los tiempos de hoy en día... Cuanta razón, saludos.